Cómo usar la cera dental para ortodoncia
La cera dental para ortodoncia protege la mucosa y evita las rozaduras provocadas por los brackets hasta que te acostumbras a ellos.
La cera dental es una solución muy eficaz para mitigar las molestias de la ortodoncia.
Una de las primeras preocupaciones de las personas que han comenzado este tipo de tratamientos es si les va a causar dolor.
Lo cierto es que, sin importar el tipo de aparatología dental que elijas, una vez colocado es necesario pasar por un periodo de adaptación.
En ocasiones dicho periodo dura un par de días, aunque a veces puede alargarse hasta las dos o tres primeras semanas de tratamiento.
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No queda más remedio que acostumbrarte a tener una presencia nueva y extraña en la boca para hablar y comer determinados alimentos.
La principal molestia viene motivada por el propio movimiento dentario que realiza la ortodoncia.
Pero, sobre todo en el tratamiento ortodóncico con brackets -metálicos, de zafiro o linguales-, es frecuente sentir molestias debido al roce del aparato en la mucosa bucal: lengua, mejillas o labios.
Hasta que te acostumbres a la ortodoncia, vamos a explicar por qué la cera dental puede hacerte este proceso más llevadero y cómo debe utilizarse.
¿Qué es la cera dental?
Muy probablemente hayas oído hablar de este producto, también conocido como cera para ortodoncia.
Puede comprarse en farmacias y parafarmacias, en formado de unas barras finas de color blanco.
Además de la cera dental, el paciente puede optar por silicona, que en general se adhiere con mayor facilidad y cubre mejor la superficie de los brackets.
No obstante, ambas cumplen la función de proteger la mucosa oral de las rozaduras y evitar que provoquen dolor si la persona tiene alguna herida o llaga.
¿Cómo se aplica la cera protectora?
Colocar la cera de ortodoncia es muy sencillo y es un proceso que se puede realizar cuantas veces lo requiera la persona.
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En primer lugar, es fundamental que te cepilles los dientes, haciendo especial hincapié en la zona que hay entre el aparato y la pieza.
Para ello, puedes emplear un cepillo interproximal o un irrigador bucal, que elimina de forma más eficaz los restos de comida.
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Seca bien la superficie del bracket que provoca el roce, ayudándote de un pequeño algodón.
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Desprende una pequeña cantidad de cera de la barra, aproximadamente del tamaño de un grano de arroz.
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Dale forma redondeada y aplastada con los dedos.
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Coloca la cera en el bracket -o en la zona que origina la molestia- y presiona suavemente para que se adhiera a la superficie del aparato.
Así, la cera forma una capa que protege nuestra piel del contacto de metal.
La cera dental te ayudará a pasar de forma más sencilla el periodo de adaptación al comenzar un tratamiento de ortodoncia
Debido a los movimientos bucales que se realizan al hablar, es normal que la cera se caiga.
No debes preocuparte si la ingieres, pues es un producto inocuo y no resulta tóxico.
Para evitar que interfiera durante la masticación, también puedes retirar las bolitas de cera mientras comes.
¿Qué hago si los brackets ya me han provocado heridas?
Es posible que notes la aparición de aftas en la boca a los pocos días tras la colocación de los brackets.
Cuando la ortodoncia ya ha creado una llaga, los dentistas recomiendan combinar el uso de la cera dental con algún producto específico que acelere el proceso de cicatrización.
Este tipo de medicamentos se venden en la farmacia y uno de sus componentes es el ácido hialurónico, que agiliza la curación.
Igualmente, para aquellos casos en los que la aflicción resulta demasiado intensa para el paciente, es habitual que el odontólogo aconseje un gel analgésico.
Este se aplica directamente sobre la llaga y tiene un efecto calmante que actúa durante una media hora, aproximadamente.
Si la molestia inicial del aparato resulta demasiado para ti, consulta con tu dentista la posibilidad de ingerir algún medicamento.
Otros usos que le puedes dar a la cera
Además del propio bracket metálico, es posible aplicar esta protección en otros casos.
Ataches de Invisalign
Hemos hablado de “cera para brackets” y no es casualidad, pues es el metal de estos sistemas los que hacen más probable el roce con la mejilla o lengua.
La ortodoncia mediante alineadores transparentes, como Invisalign, reducen sustancialmente estas molestias asociadas a las aftas.
Al ser férulas de quita y pon que no tienen partes metálicas o afiladas, la persona tiene un periodo de adaptación más sencillo que si hablamos de brackets metálicos o linguales, como Incognito.
A pesar de la ventaja que presenta Invisalign, en ocasiones el paciente debe llevar ataches, unas pequeñas bolitas de composite que se pegan a la superficie del diente.
Su misión es la de facilitar el agarre de la férula para que puedan realizarse los movimientos dentarios previamente planificados.
Los ataches tienen un tacto suave, por lo que no suelen provocar heridas.
Pero, al igual que sucede con los brackets, si la persona tiene previamente una llaga, es posible proteger la zona afectada con un poco de cera dental.
Así, podemos colocarnos la cera mientras comemos para que el contacto no nos moleste a la hora de comer.
El arco de la ortodoncia
La aparatología dental queda adherida a la parte vestibular -externa- de las piezas dentales, pero estas quedan unidas mediante un arco.
En ocasiones, este elemento puede sobresalir más de lo necesario puede derivar en una herida en la parte interna de la mejilla.
Hasta que puedas ir a la clínica dental a que te lo corten, una buena solución es colocar cera para brackets en el extremo del arco para evitar lesiones mayores.
Ahora que ya conoces el uso de la cera dental y cómo puede ayudarte a pasar los primeros días con ortodoncia, seguro que se te hace más llevadero.
Ten en cuenta que es habitual sufrir este tipo de rozaduras en los inicios del tratamiento, pues tu boca debe acostumbrarse a esta nueva presencia.
No obstante, si pasado un tiempo prudencial las molestias no remiten, te aconsejamos que acudas a la clínica dental.
De esta forma el ortodoncista que te está tratando podrá realizar una revisión de tu aparato dental y comprobar que todo marcha correctamente.
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