¿Qué es la terapia miofuncional y cómo se realiza?
La terapia miofuncional o TMO se define como el conjunto de técnicas y ejercicios orientados a mejorar el funcionamiento bucofacial en la infancia y adultez
La terapia miofuncional o TMO es una disciplina dentro de la especialidad de logopedia, pero muchas veces se requiere del trabajo de otra rama, la ortodoncia, ya que determinados problemas del crecimiento derivan en problemas relacionados con la dentadura.
La terapia miofuncional engloba un conjunto muy amplio de funciones esenciales para las personas. Es importante conocer sus beneficios e identificar cuándo deberíamos recurrir a ella, especialmente en las edades más tempranas, que es el momento idóneo para detectar anomalías del desarrollo.
El sistema orofacial
El sistema orofacial está formado por un conjunto de órganos musculares y bases óseas encargados de funciones básicas, como el habla, la respiración, la deglución, la expresión facial o los movimientos de la lengua, entre otros. Es el sistema nervioso central el que envía los estímulos nerviosos a la musculatura para que se realicen estas funciones.
Si esta comunicación del sistema falla o no es completamente efectiva, encontramos casos de pacientes con problemas al tragar, complicaciones al pronunciar determinados fonemas o incluso con parálisis cerebral.
En muchos casos, la TMO requiere de un tratamiento de ortodoncia para corregir los problemas de oclusión que se han ocasionado debido al incorrecto funcionamiento del sistema orofacial
¿En qué consiste la terapia miofuncional?
Una de las grandes ventajas de esta terapia es que puede realizarse de forma activa o pasiva, es decir, en ocasiones no requiere de la participación activa del paciente. Esto hace que sea un tratamiento adaptable a las necesidades y al estado de cada persona.
Recordemos que el sistema orofacial abarca un gran abanico de funciones, por lo que es necesario saber qué queremos corregir en concreto. El método de la terapia miofuncional se basa en masajes, ejercicios de coordinación y hábitos de respiración que pueden llevarse a cabo con o sin materiales específicos.
Ejemplos de ejercicios para la terapia miofuncional
Cuando hablamos de niños, los ejercicios que pauta el logopeda se explican como un juego para que sea más atractivo. Se utilizan ejercicios que involucran la musculatura de labios, lengua, mejillas, músculos levantadores de la mandíbula, paladar blando, faringe y laringe.
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Ejercicios linguales: metiendo y sacando la lengua y hacer otros movimientos, como doblarla o tocar ambos labios, según el ritmo marcado por el especialista.
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Uso de respiradores bucales con el fin de controlar la cantidad de aire que entra por la boca y la nariz.
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Realizar movimientos con los labios: sonreír, hacer el gesto de lanzar un beso o sostener pequeños objetos para ir adquiriendo fuerza labial.
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Mejorar el movimiento de la mandíbula indicando al paciente que la mueva hacia los lados y haga diferentes aperturas.
La figura del ortodoncista en la TMO
Los malos hábitos dentales que desarrollamos en la infancia, como la deglución atípica, pueden ser fruto de un mal funcionamiento del sistema orofacial. A largo plazo, como decíamos antes, se producen malposiciones dentales que terminan afectando a la funcionalidad de nuestra dentadura. En estos casos, cobra especial importancia también la figura del ortodoncista.
Y es que además de corregir la función en sí, es importante pautar un tratamiento de ortodoncia para que el niño tenga una oclusión óptima. Son varios los estudios los que refuerzan la idea de que la terapia miofuncional combinada con el tratamiento ortodóncico produce una proporción significativamente menor de recidiva en comparación con la aplicación únicamente del tratamiento ortodóncico.
Por ello, en caso de detección de malos hábitos es necesario consultar con un especialista en salud dental que pueda valorar el caso. Una vez hechas las pruebas pertinentes, el profesional recomendará el trabajo conjunto de un logopeda para abordar correctamente las anomalías.
Los beneficios de la terapia miofuncional
No hay una edad idónea para realizar TMO, aunque conviene detectar a tiempo cuándo una persona va a necesitarla. Aún así, dado que es apta para bebés como para personas ancianas con demencia, es posible realizarla a cualquier edad.
Aunque la edad idónea para llevar a cabo la terapia miofuncional es cuando el paciente aún es un niño, también es posible realizarla en personas adultas. Es un tratamiento que aporta innumerables beneficios, ya que aborda problemas que afectan al día a día.
¿Qué problemas corrige?
Por ello, la terapia miofuncional implica ventajas muy valiosas porque corrige problemas como:
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Deglución atípica
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Disfunción lingual
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Problemas a la hora de pronunciar ciertos fonemas
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Trastornos de la masticación
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Anomalía en el desarrollo del movimiento labial
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Respiración bucal
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Posición indebida de la lengua en estado de reposo
Hábitos en la infancia que deberíamos evitar
Independientemente de que detectemos problemas en el sistema orofacial provocados por conexiones neuronales, lo cierto es que hay hábitos adquiridos que pueden requerir de la TMO.
Es conveniente prestar especial atención al comportamiento de los bebés durante los primeros meses de vida, ya que muchos problemas de maloclusión tienen su origen en estas edades tan tempranas.
Chuparse el dedo
Chuparse el dedo de forma prolongada en el tiempo, especialmente el pulgar, da lugar a malformaciones en el paladar. Con ello, los dientes saldrán en una posición indebida, ya que la estructura ósea no se ha desarrollado correctamente.
Uso del chupete
El uso del chupete también debería estar vigilado por los padres y acostumbrar al niño a que vaya dejándolo conforme va creciendo. La continúa succión y el movimiento labial que requiere el chupete puede provocar problemas de paladar ojival, mordida cruzada o mordida abierta.
A partir del primer año de edad es conveniente que lleves a tu bebé a un odontopediatra con el fin de detectar a tiempo cualquier anomalía en su desarrollo bucofacial.
Morderse el labio
Los niños pequeños pueden sentir mucho nerviosismo e hiperactividad, y desarrollar el hábito involuntario de morder el labio superior o inferior. El continuo empuje de los dientes, que aún están en formación y muchas veces en proceso de erupción, puede hacer que no salgan en la posición correcta. Así, se generan problemas de prognatismo o retrognatia.
Rechinar los dientes
Aunque el rechinamiento de dientes se asocia a momentos de estrés de las personas adultas, lo cierto es que el bruxismo en niños es una realidad que deberíamos tratar. Cambios en la rutina del niño, como una mudanza o problemas familiares, harán que sus niveles de ansiedad aumenten, desarrollando esta práctica que se suele hacer durante las horas de sueño.
Comerse las uñas
La onicofagia, comúnmente conocida como morderse las uñas, es también un hábito que deberíamos desterrar, puesto que no solo perjudica a la posición dental, sino que puede frenar o modificar el correcto desarrollo de las estructuras mandibulares a lo largo del crecimiento.
Como has comprobado, el sistema orofacial es más complejo de lo que puede parecer y participa en una gran cantidad de funciones diarias. Acudir a profesionales de la logopedia y de la odontología es vital para corregir problemas relacionados con la boca y la respiración. Por ello, en Ferrus&Bratos te ayudamos a tratar tus problemas bucodentales para que puedas disfrutar de una sonrisa funcional.
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M. Castells i Batlló, Terapia miofuncional y logopedia, Revista de Logopedia, Foniatría y Audiología, Volume 12, Issue 2, 1992, Pages 85-92, ISSN 0214-4603, https://doi.org/10.1016/S0214-4603(92)75537-5. https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0214460392755375
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