Piercing en el labio: ¿qué debes saber antes de hacértelo?
Has tomado la decisión de hacerte un piercing en el labio pero, ¿sabes que puede dañar tus dientes y encías?
Puede que si quieres hacerte un piercing en el labio lleves un tiempo con la idea en la cabeza.
Aunque hace años era un signo de pertenencia a una determinada tribu urbana, ahora responde a factores meramente estéticos casi siempre.
Pero antes de hacerlo, conviene informarse sobre qué tipos de piercings en la boca existen, cómo se debe cuidar y si implica algún riesgo para la salud dental.
¿Sabías que un pendiente en el labio conlleva numerosos riesgos y puede afectar al buen estado de tus dientes y encías?
Para evitar estos problemas y saber cómo actuar si observas algún signo de infección en el piercing labial, en Ferrus & Bratos te damos toda la información que necesitas.
Índice de contenidos
¿Qué es lo primero que debes tener en cuenta a la hora de hacerte un piercing?
En primer lugar, vamos a darte una afirmación que parece obvia: perforarte el labio duele.
Y es que, a diferencia de otras partes de nuestro cuerpo -como el lóbulo de las orejas-, el labio es una zona altamente sensible.
Además, la boca es una zona séptica por lo que el piercing estará en continuo contacto con las bacterias de la cavidad oral.
Por ello, el riesgo de infección es cuantiosamente mayor y la higiene se vuelve especialmente relevante.
Otro aspecto a tener en cuenta es la elección del profesional que va a realizar el piercing del labio.
Es fundamental que utilice en todo momento material esterilizado y de calidad, así como agujas destinadas exclusivamente a la realización de estas perforaciones.
El continuo roce del piercing en el labio con las encías provocan su retracción, lo que aumenta la sensibilidad dental
¿Qué tipos de piercing en el labio hay?
Existen distintos tipos de piercing labiales que se diferencian según zona en la que se colocan y del número de perforaciones que requieran.
Así, cada piercing de la boca tiene un nombre y, además, se puede colocar en la parte superior o inferior.
El más común es el aro labial, que en ocasiones no llega a atravesar el labio.
Otros, como el piercing labret, implica una sola perforación en el labio de abajo y tiene variantes en vertical y en horizontal.
Piercing en el labio inferior
El más común es colocar un piercing debajo del labio (labret), aunque también puede ir en un lateral.
Si prefieres colocarte un piercing Ashley, este irá en el centro del labio inferior.
Piercing en el labio superior
La opción más popular para la parte superior de la boca es el piercing Monroe, situado en la parte izquierda.
El pendiente Madonna es igual, solo que se coloca en la derecha.
Por último, el piercing Medusa se localiza en la zona central del labio.
Las posibilidades estéticas son muy amplias, así como el aspecto del pendiente elegido.
Ahora que ya conoces un poco más acerca de las distintas posibilidades, conviene que hagamos hincapié en un aspecto mucho menos agradable.
Vamos a comentar los peligros que implica la realización de un piercing en el labio.
Con el fin de evitar la infección del piercing labial, acude a un especialista para hacer la perforación.
Piercing smiley
El piercing smiley o piercing en el frenillo labial superior es también otra de las zonas bucales más populares para colocar un adorno. Sin embargo, sea cual sea el sitio que quieras para ponerte un piercing, lo cierto es que todo implica ciertas consecuencias para tu salud oral.
¿Qué riesgos conllevan los piercings en el labio?
Realizarte un piercing supone un riesgo en una doble vertiente.
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Por un lado, debes tener en cuenta que provoca un roce inusual del pendiente con los tejidos bucales y las piezas dentales, especialmente si llevas un piercing smiley.
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Por otro, una perforación es una herida abierta que puede conllevar ciertas complicaciones derivadas de procesos infecciosos.
A continuación, detallamos los daños que la realización de un piercing puede tener para tus dientes y encías.
Traumatismos dentales
Si finalmente tomas la decisión de hacerte un pendiente, probablemente te sorprenderás jugando con él de manera inconsciente.
Es precisamente el golpeteo del piercing con los dientes el que puede afectar a la estabilidad y sensibilidad de las piezas.
Estas consecuencias pueden oscilar entre unas pequeñas fisuras en el esmalte y fracturas que tengan una mayor importancia.
Recesión de encías
El roce continuo del pendiente con las encías provoca su irritación y enrojecimiento.
Tanto es así, que la retracción gingival es un signo frecuente de las personas que tienen un piercing en el labio.
Además de las consecuencias estéticas, esta recesión puede suponer sensibilidad dental y una mayor predisposición a padecer caries dentales.
Mayor riesgo de padecer enfermedades periodontales
Un piercing supone un doble esfuerzo a la hora de mantener una higiene bucodental rigurosa.
Su presencia favorece el cúmulo de placa bacteriana que, en caso de no eliminarse de manera efectiva, puede provocar gingivitis.
Como consecuencia de la falta de higiene, la encía se inflama y sangra con frecuencia.
Para evitar que la enfermedad vaya a más y se convierta en periodontitis, conviene acudir al dentista para realizar una higiene.
Ten en cuenta que la piorrea que no se trata a tiempo termina generando movilidad dentaria e incluso suponer la pérdida de alguna pieza.
Mal aliento
Unas rutinas de higiene oral eficientes no solo favorecen una boca en salud, sino que también contribuyen de manera muy positiva a tener un aliento fresco.
Si tienes un piercing en el labio y no eliminas de manera eficaz los restos de comida y la placa bacteriana, tendrás problemas de halitosis.
Infección y enfermedades por transmisión sanguínea
Mantener una higiene rigurosa tras realizar la perforación es fundamental para evitar que se infecte.
Dado que la boca es un entorno húmero, alberga un gran número de bacterias.
Cuando la infección se extiende demasiado llega hasta el riego sanguíneo y alcanza otras partes del organismo.
Esto supone un factor de riesgo para personas que sufren de enfermedades como la diabetes, hepatitis B o problemas de corazón.
Otros aspectos a tener en cuenta
Como ya hemos comentado, un piercing es un objeto extraño en la boca del paciente.
Hasta que te acostumbres a tenerlo, es frecuente que se produzca una mayor segregación salival.
La hipersalivación puede resultar algo molesta, aunque no es una consecuencia grave.
No obstante, si observas una hinchazón o enrojecimiento persistente en la zona del labio, es posible que se trate de una reacción alérgica al material del piercing.
¿Cómo cuidar un piercing en el labio?
Como has comprobado, un piercing labial conlleva riesgos para la salud bucodental.
El Consejo General de Dentistas da una serie de pautas sobre cuidados que debes tener tras su realización.
Así, podrás minimizar las consecuencias y molestias derivadas de la perforación.
- Mantén una higiene muy rigurosa: haz uso de enjuagues antisépticos y lávate las manos antes de tocar el piercing.
- Durante los primeros días, evita fumar y tomar bebidas alcohólicas, pues su consumo dificulta notablemente la cicatrización de la herida.
- Si practicas algún deporte de contacto, y una vez que ha cicatrizado, debes retirarte el piercing de la boca o usar protectores bucales.
- En caso de que notes algún indicio de infección, acude a un profesional para que valore si debes retirar o no el pendiente de manera definitiva.
Esperamos haber resuelto todas tus dudas acerca de las consecuencias que puede tener la realización de un piercing en el labio para tu salud bucodental.
Como dentistas, no recomendamos la colocación de estos pendientes, aunque podemos ayudarte a tratar cualquier problema dental ocasionado.
Por ello, si tienes alguna incidencia en tus dientes o encías debido al piercing labial, no dudes en contactar con nuestros odontólogos.
Puedes hacerlo llamando al 91 768 18 12 o rellenando nuestro formulario web.
¡Te esperamos!
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