Dolor de dientes por nervios: causas y soluciones
Sentir dolor de dientes por nervios es algo más común de lo que parece. Te contamos cuáles son sus causas y de qué forma puedes aliviarlo.
El estrés o la ansiedad repercute directamente en nuestro organismo a diferentes niveles, y uno de ellos es la salud oral. Y es que aunque a simple vista el nerviosismo parece que se traduce solo en dolor de cabeza o en la dificultad para conciliar el sueño, los dientes y encías también se ven perjudicados. Por eso, hoy te explicamos qué relación hay entre el estrés y la boca y de qué forma puedes evitar que tu salud bucal se resienta.
¿Cómo se relacionan los nervios y la boca?
Que los dientes pueden doler aunque no haya caries es una realidad. El estrés puede ser una sensación difícil de identificar, pero puede llegar a ser muy perjudicial para los dientes.
Es una tensión que aparece especialmente en periodos de alta carga de trabajo o si hemos pasado por una situación complicada a nivel personal. La energía que empleamos en mantener una calma mental hace mella en la boca por una cuestión hormonal.
Son ya varios los estudios que han explicado cómo una carga emocional o psicológica aguda repercute directamente en el sistema inmunitario. Dicha alteración es la que crea desequilibrios en los microorganismos que habitan en la cavidad oral. Pero también el estrés crea tensiones involuntarias en la mandíbula y maxilar, provocando un exceso de fuerzas oclusales.
Es por ello que el dolor de dientes e incluso de encías ocasionado por el estrés se traduce en diferentes complicaciones orales.
El dolor de dientes por nervios puede ocasionar problemas de desgaste, enfermedades periodontales o llagas, entre otras complicaciones
Principales causas del dolor de dientes por nervios
Bruxismo y desgaste
El bruxismo es el acto involuntario de rechinar los dientes. O dicho de otra forma, de apretar en exceso la mandíbula e incluso moverla ligeramente hacia los lados. Los dientes no están preparados para soportar tales cargas oclusales, por lo que a largo plazo es normal apreciar cierto desgaste en los dientes.
A su vez, la pérdida de grosor en el esmalte deja al descubierto las capas internas de los dientes, causando cierta sensibilidad dental. Este cúmulo de circunstancias es lo que provoca dolor de dientes. Y no solo puede suceder en personas adultas: es muy común ver bruxismo en niños y adolescentes, especialmente en las horas de sueño.
Y es que el estrés afecta a personas de todas las edades, por eso es importante detectar el bruxismo y, si somos consciente de que apretamos los dientes en exceso, conviene acudir a un dentista de confianza.
¿Cómo calmarlo?
En caso de que el rechinamiento sea consecuencia de altos niveles de ansiedad, es posible tratarlo mediante el uso de una férula de descarga. Es un dispositivo que consigue mantener la boca en una postura relajada.
Alteraciones en la ATM
Consecuencia directa del bruxismo son las alteraciones en la articulación temporomandibular o ATM. Está formada por diferentes huesos que conectan la mandíbula al cráneo y es la que permite el movimiento bucal. Al ser una articulación, se resiente con facilidad cuando un paciente bruxista ejerce mucha tensión en su dentadura. Como consecuencia, se produce dolor en la zona que puede extenderse incluso hasta el oído, cabeza y cuello.
En este caso, el dolor de dientes por nervios resulta mucho más agudo, ya que implica complicaciones a nivel óseo.
¿Cómo calmarlo?
Cuando hemos llegado a este punto, además del uso de la férula de descarga, es conveniente acudir a un fisioterapeuta que pueda relajar la musculatura de ese área.
Utilizarla en las horas de sueño o en los momentos que tienes estrés hace que relajes la mandíbula.
Enfermedades periodontales
El dolor de encías por nervios es también una realidad. Tal como explicábamos al inicio de este artículo, el desequilibrio hormonal afecta directamente a los microorganismos que habitan en nuestra boca. En estos casos, las encías se vuelven más vulnerables ante la presencia de bacterias y agentes patógenos y sangran con más facilidad, durante el cepillado o incluso mientras comemos.
Esta condición se agrava especialmente en pacientes jóvenes que fuman con asiduidad, derivando en un tipo de gingivitis conocido como úlceronecrosante aguda (GUNA). Además de los síntomas típicos de la enfermedad periodontal, como la inflamación, es normal sentir cierto picor en las encías.
¿Cómo calmarlo?
Si se da esta situación, necesitamos fortalecer las encías para evitar que las bacterias dañen el tejido gingival y se desarrolle la periodontitis. Para ello, debemos extremar la higiene oral en casa y acudir a nuestro dentista de confianza. Mediante una limpieza dental profunda podremos controlar la gingivitis y devolver la salud a las encías.
Aparición de llagas
Además de los desequilibrios hormonales, ciertas situaciones que provocan muchos nervios o estrés acarrean una bajada de defensas en nuestro organismo. Una de las principales consecuencias de esto es la aparición de llagas en la boca.
¿Cómo calmarlo?
Si empezamos a notar muchas aftas de forma repentina, es muy probable que tengamos que tomar suplementos vitamínicos para devolver las defensas a su máximo esplendor.
Mucocele labial
¿Cuántas veces has sentido nervios y te has encontrado mordisqueando el labio? Los actos que realizamos de manera involuntaria por puro nerviosismo no son inocuos por norma general. Morder constantemente el labio puede provocar la aparición de un mucocele. Se trata de una pequeña bolita que debe quitarse mediante una pequeña cirugía.
¿Cómo calmarlo?
En ciertos casos, termina desapareciendo por sí misma al cabo de unos meses, pero tiende a reaparecer. Aunque no es un bulto que revista gravedad, sí que puede llegar a ser muy incómoda.
El estrés y los nervios dañan nuestra salud oral. Por ello, es importante saber cuándo estamos soportando una excesiva carga mental e intentar reducirla. Si necesitas revisar la salud de tu boca, ponte en contacto con Ferrus&Bratos
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