¿Qué es la pericoronaritis?
La pericoronaritis es una infección de los tejidos blandos, encías, que rodean un diente cuando, en su proceso eruptivo, queda parcialmente cubierto.
Generalmente, la erupción de los dientes viene acompañada de molestias bucales que, en algunos casos, pueden derivar en procesos infecciosos tales como la pericoronaritis.
Se trata de una complicación que se da especialmente en las cordales o muelas del juicio y tiene unos síntomas fácilmente identificables.
En este artículo, te explicamos en qué consiste esta afección, cuáles son sus causas y qué tratamiento es el idóneo para atajar sus molestias.
¿Qué es la pericoronaritis?
La pericoronaritis es una infección de los tejidos blandos -encía- que rodean un diente cuando, en su proceso eruptivo, queda parcialmente cubierto por estos.
También conocida como pericoronitis, se suele desarrollar de forma general durante la erupción de las muelas del juicio o cordales.
Es cierto que pueden darse casos en niños de edad temprana a los que le está saliendo su primer molar de leche, pero no es lo más habitual.
No obstante, la pericoronaritis es mucho más frecuente y común entre personas con edades comprendidas entre los 18 y 28 años, de acuerdo con diversas publicaciones científicas.
El mayor porcentaje se encuentra entre los 21 y 25 años (53%), seguido de 15 a 20 años (17,2%), y entre los 26 y 30 años el 16,3%.
Respecto a la incidencia de esta infección por distinción de sexo, se encuentran casos en hombres y mujeres en prácticamente la misma medida.
La pericoronaritis es una infección producida, sobre todo, por la incorrecta erupción de la muela del juicio inferior
¿A qué se debe la pericoronaritis?
Sobre todo, la pericoronaritis aparece en los últimos molares inferiores.
Dicha infección, que afecta a parte de la encía, es especialmente común si se reúnen una serie de circunstancias:
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Es más frecuente en aquellos casos en los que la erupción no se puede dar de manera habitual y los dientes quedan retenidos o impactados.
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Es decir, cuando la misma se ve dificultada por la falta de espacio en las arcadas dentales y la pieza dental queda parcialmente cubierta por el tejido periodontal.
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Además, el proceso infeccioso se ve favorecido por la inserción de bacterias entre la corona del molar y la encía que lo recubre de manera parcial.
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Las condiciones de calor y humedad suponen que sea el hábitat más favorable para la proliferación de colonias de las mismas.
Síntomas de la pericoronaritis
La pericoronaritis presenta una serie de síntomas que se van manifestando de manera gradual.
De forma general, se inicia con cierto dolor en la mandíbula que, progresivamente, puede ir irradiando a otras partes del cuerpo.
Sin embargo, este proceso infeccioso no se manifiesta únicamente en forma de molestias, sino que presenta un amplio abanico de signos:
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Inflamación y rojez del tejido blando –encía- que cubre la parte no visible de la corona del molar.
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Infección de la zona adyacente al diente que está erupcionando, siendo el mal aliento de las consecuencias más claras.
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Dolor, en un inicio localizado en la articulación temporomandibular que puede irradiar, posteriormente, a otros órganos como, por ejemplo, el oído.
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La aflicción puede generar molestias tanto en el habla como a la hora de masticar, tragar o abrir la boca con normalidad.
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En algunos casos, estos episodios de dolor pueden venir acompañados de una sensación de malestar general, siendo comunes los estados febriles –propios de una infección-.
Cuando veas que la muela del juicio comienza a salir, conviene que un dentista lleve un control sobre su erupción.
La incidencia de los síntomas
Es importante destacar que la sintomatología puede cambiar según la gravedad de la pericoronaritis.
Así, es posible que una persona experimente dolor leve pero que remita espontáneamente si el diente consigue erupcionar por sí mismo.
Habitualmente, y según un estudio publicado en la Revista de Ciencias Médicas de Pinar del Río, prácticamente la mitad de los pacientes estudiados (48% de un total de 52) presentaba dolor muy agudo.
Como otros síntomas clínicos presentes, surgieron la inflamación y enrojecimiento del tejido pericoronario en todos los casos.
El segundo signo con mayor prevalencia (86%) fue el trismus dental y en menor medida (22%) la formación de pus.
Casos más graves
Por otro lado, en los casos de pericoronitis aguda, el paciente puede generar complicaciones mayores, tales como:
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Extensión de la inflamación a los ganglios localizados en la parte inferior de la mandíbula.
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En los casos más severos, resulta posible la formación de un absceso o flemón, tanto en la zona próxima al diente en erupción como en el área superior de la garganta –faringe-.
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A largo plazo, la pericoronaritis puede derivar en diversas problemáticas: enfermedades periodontales –gingivitis y periodontitis-, problemas de garganta –faringitis, amigdalitis- o problemas digestivos.
Tratamiento de la pericoronaritis
Ante la sospecha de estar padeciendo los síntomas típicos de esta afección, lo ideal es realizar una visita a la consulta del especialista.
El odontólogo valorará el caso y determinará el grado de inflamación de las encías y la gravedad de la infección.
De esta manera, establecerá un tratamiento idóneo para el caso.
Generalmente, esta valoración irá acompañada de una limpieza profesional y drenaje quirúrgico de la zona afectada.
De esta forma, nos aseguraremos de que esta parte de la boca queda limpia de restos de comida que, en un futuro, puedan empeorar el diagnóstico o generar nuevas infecciones.
Por su parte, el paciente deberá extremar las precauciones de higiene oral.
Entre las recomendaciones más habituales, recomendamos un cepillado exhaustivo pero cuidadoso después de cada comida.
Además, realizar enjuagues con colutorios que contengan clorhexidina o soluciones salinas, son esenciales para bajar la inflamación de la zona.
En casos más agudos, el especialista podrá pautar la ingesta de antibióticos o antiinflamatorios, así como de analgésicos para paliar las molestias derivadas de la pericoronaritis.
Una vez ha mejorado la inflamación o ha remitido la infección de la zona, el dentista valorará la necesidad de eliminar el tejido que cubre de forma parcial la muela en erupción.
Se trata de una cirugía menor, muy sencilla, que previene de futuras infecciones y erradica el riesgo de padecer traumatismos en las encías con otras piezas dentales.
Por último, en aquellos casos en los que los molares no pueden erupcionar sin complicaciones debidas a la falta de espacio, estará recomendada su extracción.
De esta manera, se evitarán futuras complicaciones: como infecciones o problemas de maloclusión derivados de su erupción.
¿Se puede prevenir la pericoronaritis?
Aquellas personas que posean un alto índice de placa bacteriana son más susceptibles de sufrir este tipo de proceso infeccioso.
Por ello, los especialistas insisten en la importancia de la minuciosidad de nuestras rutinas de higiene oral.
De esta manera, eliminaremos de manera eficaz los restos de comida que se alojan en nuestros dientes y encías y evitaremos la afección de la pericoronaritis.
Recuerda que, al ser una enfermedad infecciosa, puede derivar en problemas más graves y que requieren de un tratamiento más completo, como un flemón.
Además, el dolor inicialmente localizado en la boca puede irradiar en otras partes del cuerpo.
Es por ello que nuestro consejo pasa siempre por la prevención, así que ante la presencia de cualquier síntoma, conviene que acudas a tu dentista de confianza para que valore tu caso.
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Elena M., Yulién C. (2001). Pericoronaritis. Criterios actuales. Revisión bibliográfica. Revista Cubana de Estomatología v.38 n.3 Ciudad de La Habana sep.-dic. (http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0034-75072001000300007)
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Felicia C. Morejón Á, Luis Enrique T, Tailín, Alianna H. (2010) Evolución clínica de la pericoronaritis en terceros molares inferiores semirretenidos. Rev Ciencias Médicas v.14 n.2 Pinar del Río abr.-jun. (http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1561-31942010000200004)
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